Cuidar la articulación de la mandíbula

La ATM o articulación tempo mandibular es la articulación que existe entre el hueso temporal de la cabeza y la mandíbula. En realidad, se trata de dos articulaciones, una a cada lado de la cabeza, que funcionan de manera simultánea. Con la ayuda de varios músculos esta articulación, es probablemente la que más usamos, pues es la que nos permite hablar, masticar, bostezar.

Aunque parezca una articulación pequeña situada en la cabeza, nos influye en todo el cuerpo a nivel postural. Además, es la articulación con la que más se relaciona nuestro sistema emocional ya que el miedo, la rabia o la impotencia de no podernos expresar se trasmiten en movimientos faciales y mandibulares.

Al usarla continuamente está sometida a numerosos factores de estrés. El principal es debido a que vivimos en una sociedad donde utilizamos más el sistema nervioso simpático que el parasimpático. Es decir, nos centramos más en la acción que en el descanso, perdiendo uno de los ritmos más importantes del cuerpo (acción/relajación) que nos permite alcanzar un estado de equilibrio.

Cuando perdemos el equilibrio, la mente se vuelve caótica y la mandíbula es la primera que se resiente. Otros factores que afectan la articulación temporomandibular son el cansancio prolongado, las exigencias con uno mismo, la rabia contenida, los agobios con nuestro propio tiempo que no siempre coincide con el del exterior.

También el estrés postraumático provocado por algún tipo de accidente como una caída de culo, de bicicleta, frenadas bruscas en el auto, etc., pueden afectar a esta articulación. En este tipo de accidentes, los músculos de la mandíbula se aprietan para proteger el cerebro y la médula (respuesta conocida como “mandíbula defensiva”).

Todo este estrés puede estar presente años después provocando una mandíbula crónicamente tensa. Esto puede conllevar una pérdida de memoria, despiste, bruxismo, latigazo cervical o rigidez en el cuello. En general cualquier alteración del equilibrio postural va a provocar mensajes eléctricos confusos al separarnos de la conciencia corporal.

Para recuperar este equilibrio y liberar la tensión acumulada en esta articulación se ha desarrollado un conjunto de técnicas llamado “Sistema energético equilibrador de la articulación temporomandibular” (SEEATM). Se trata de algo más que una técnica anti estrés y se puede realizar en uno mismo o en otra persona.

El método está basado en la síntesis de distintos modelos terapéuticos como la Reflexología, la Kinesiología, la Medicina china, jin jsin jyutsu, el Reiki, la terapia craneosacral y otros. Basados en nuestra propia experiencia con este tipo de terapias hemos buscado desarrollar una técnica sencilla dirigida a relajar los músculos de la articulación temporomandibular encargada del equilibrio físico y mental.

Mediante una suave imposición de manos en la articulación temporomandibular y todos los músculos relacionados con ella conseguimos una relajación profunda, aliviando la tensión y dolor acumulados en toda esta zona y permitiendo su recolocación natural.

Al relajar los músculos de la mandíbula, la ATM se recoloca correctamente y recuperamos el equilibrio corporal evitando un gran número de problemas. Sabemos que el energetizar los músculos de la mandíbula puede equilibrar los huesos de la mandíbula, el psoas y el sartorio, que están relacionados con los riñones y/o las suprarrenales permitiendo al cuerpo utilizar el agua de manera más eficaz.

La hidratación influye en la transmisión y conducción nerviosa, en las reacciones bioquímicas y en la situación del cuerpo en general, ya que el agua es el medio en el que el cuerpo opera. Las consecuencias de una mandíbula tensa pueden ser: sequedad de boca, bruxismo, ruidos o presión en los oídos, ruido en la mandíbula o dolor al masticar, tensión visual, dolores de cabeza, sensación de mareo, pérdida del equilibrio, desequilibrio en las caderas, etc.

Esta técnica está indicada, entre otros, para los siguientes síntomas:

• Incapacidad de abrir o cerrar la boca completa o parcialmente.

• Dolor de Mandíbula

• Alergias y sinusitis

• Dificultad, ruido o dolor al masticar, cerrar, abrir o mover la mandíbula de lado.

• Sensaciones anormales en el movimiento de la mandíbula

• Chirrido o apretado de dientes

• Mala oclusión

• Desviación al abrir o cerrar la mandíbula

• Mandíbula cansada al despertar

• Articulaciones de la mandíbula sensibles al tacto

• Bruxismo

• Presión en los oídos. Y muchos más.

Como decíamos anteriormente, todos aquellos relacionados con situaciones de estrés y miedos.

Esta técnica se realiza en dos sesiones complementarias, pero con algunas diferencias a la hora de aplicarse. Si la situación a resolver es muy intensa, se pueden necesitar más sesiones, siempre en número par, aconsejando repetir las secuencias complementarias.

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