Como seres
sociales no podemos evitar fijarnos en la mirada de quienes nos rodean, pues
con el contacto visual y el lenguaje no verbal podemos adivinar sus
intenciones. Aunque el color de ojos no es determinante en la comunicación,
resulta que, cuanto más raro sea este, más atrae la atención. Y es que ya
sabemos que los seres humanos nos sentimos fascinados por los rasgos
singulares.