Los niños índigo y el nuevo paradigma

Hay padres que tienen la sensación de que sus hijos les dan lecciones. Los profesores se dan cuenta que a muchos estudiantes ya no les interesan las asignaturas explicadas de la misma manera que se han enseñado siempre. Las consultas se llenan de alumnos diagnosticados con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Más de la mitad de los niños nacidos en los últimos años son innovadores, intuitivos y poseen un talento natural. Son los llamados niños índigo. Son personas sensibles, innovadoras, intuitivas, con talento, capaces de recibir percepciones extrasensoriales y conectados con su esencia, con quien verdaderamente son. Se encuentran en un estadio superior de la evolución humana y están llamados a romper los antiguos esquemas sociales.

Pero vayamos por pasos… La especie humana ha ido evolucionando a lo largo de los milenios, tanto a nivel físico como a nivel mental. Siempre nos hemos guiado por el hemisferio izquierdo del cerebro. El hemisferio izquierdo es aquel que acumula datos e información de todo tipo y es capaz de resolver los problemas mediante la lógica. Es el hemisferio más desarrollado ya que, desde bien pequeños, en la escuela, nos lo han hecho entrenar, memorizando datos y más datos. En el hemisferio derecho, en cambio, se encuentra nuestra parte más creativa, más intuitiva, y el talento natural, que normalmente hemos dejado de lado. Los niños índigo se caracterizan por tener una conexión entre los dos hemisferios a través del córtex y por usar ambos hemisferios en equilibrio. Esto les permite acceder a planos de conciencia más elevados.

Todos los niños índigo son personas íntegras y ya desde pequeños distinguen claramente entre el bien y el mal. A menudo se sienten mal porque se encuentran en una sociedad anticuada para su nivel de evolución. Han venido en un acto de generosidad para cambiar el mundo. Los niños índigo están alejados de la dimensión de la supervivencia, que trae consigo competitividad en lugar de colaboración, el pasar por encima del otro para lograr el objetivo propio o unas relaciones de poder caducas. Son personas más avanzadas, mental, ética y espiritualmente. Los niños índigo están llamados a liderar el cambio hacia una dimensión más altruista, solidaria y en la que todos sumamos para obtener el beneficio común.

¿Cómo saber si eres un niño índigo?

¿Te molesta cuando oyes, por ejemplo, a un dirigente pronunciar un discurso bien argumentado, pero en cambio tú sientes que no está siendo sincero? A los niños índigo les pasa exactamente lo mismo. Su hemisferio derecho está mucho más potenciado ya desde la edad temprana. Ellos saben lo que la persona dice, lo que piensa y lo que siente, aunque quiera disfrazarlo con palabras bonitas. Si alguien quiere mentir a un niño índigo, lo único que conseguirá es confundirle. Son seres más evolucionados que han nacido para cambiar esta sociedad enferma. Quizás tú también seas un niño índigo. ¿Que cómo lo puedes saber? Es muy fácil.

- ¿Estás harto de esta sociedad?

- ¿Te sientes indignado con tanta mentira?

- ¿Crees que vivir es más fácil y que somos nosotros mismos los que lo complicamos todo?

Si en algún momento has pensado así, da por hecho que eres un niño índigo. Desde los años cincuenta han nacido cada vez más niños con estas características y más de la mitad de los nacimientos de hoy en día son de niños índigo. Son resultado de la evolución de la especie humana.

Es importante que el exterior no haga sufrir a los niños índigo (la sociedad que tenemos actualmente no les gusta y ellos han venido a cambiar el mundo) y que sean capaces de liberar las emociones negativas con las que van a convivir. Es la manera de no desarrollar bloqueos energéticos. Un niño índigo sin bloqueos no se ve como una persona individual, porque la conexión con su esencia le une, al mismo tiempo, con el resto de la humanidad. Lamenta que haya injusticias y ver cómo unos se aprovechan de otros para lograr sus objetivos. Le duele en el alma que se maltrate el planeta. Se alegra de todo lo bueno que le ocurre a las otras personas y se nutre de esta felicidad. Nunca dará la espalda para ayudar a esta sociedad.

Todos nacemos con una misión para lograr el cambio de paradigma. No importa tu profesión: banquero, médico, enfermera… Si tú evolucionas, se te ocurrirán nuevas formas de gestión que ayuden a mejorar el mundo. Hay personas que han alcanzado el poder, pero siguen con los ojos vendados. Otros han despertado y están tomando conciencia. Si los cambios se producen desde las estructuras de poder, el proceso será más rápido. No digo que sea fácil, pero si somos millones y millones de personas los que ponemos nuestro granito de arena, el cambio es inconmensurable.

Griselda Vidiella

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