miércoles, 21 de septiembre de 2016

Las crisis asmáticas y como manejarlas

El asma es una enfermedad pulmonar crónica causada por la inflamación de las pequeñas vías respiratorias de los pulmones, que generalmente evoluciona con episodios de sibilancias, tos seca y dificultad para respirar. El asma es un problema que generalmente se manifiesta en ataques, llamados crisis de asma, que van y vuelven con intensidad y frecuencia que varían de acuerdo con  la severidad de la enfermedad.

El asma  puede curarse sola con el pasar de los años pero, mientras tanto, el paciente debe tratar de minimizar la intensidad y frecuencia de sus crisis de asma. Y la mejor manera de prevenir estas crisis es a través de la identificación y de la limitación y de la restricción al contacto con los alérgenos, que son sustancias que pueden desencadenar episodios de crisis de asma. Tan importante como tratar el asma es evitar el contacto con sustancias que desencadenen las crisis.

En este artículo vamos a explicar cuáles son los alérgenos que están asociados con las crisis de asma y qué hacer para minimizar el riesgo de ataques.

Identificar los factores desencadenantes

Llamamos antígeno a toda sustancia que, al ponerse en contacto con nuestro organismo, es capaz de desencadenar una respuesta inmune. Un antígeno puede ser desde bacterias o virus hasta  sustancias comunes como las proteínas de algunos alimentos o polen en el aire cuando un antígeno genera una reacción alérgica en el cuerpo, como en el caso del asma, también puede ser llamado alérgeno.

Hay varios antígenos que están fuertemente relacionados con la aparición de crisis de asma. Estos alérgenos se llaman factores desencadenantes del asma. Polen, moho, contaminación atmosférica, humo de cigarrillo, pelo de animales, son solamente algunos ejemplos. Es importante tener en cuenta, sin embargo, que los factores desencadenantes no son siempre los mismos para todos los pacientes. Un antígeno que desencadena una crisis para un asmático puede ser completamente inofensivo para otro.

Por lo tanto es importante que el paciente asmático tenga suficiente atención al patrón de sus crisis de asma. Por ejemplo, si las crisis se producen principalmente en casa, es probable que exista algo, algún antígeno en este ambiente actuando como disparador. Si los síntomas empeoran en la primavera, una alergia a sustancias presentes en el aire se convierte en una hipótesis probable.

Pruebas cutáneas pueden ayudar al paciente y su médico a identificar algunos de los alergénicos más comunes. Polen, ácaros del polvo y pelo de animales son los alérgenos comunes que pueden identificarse mediante pruebas cutáneas. A menudo, sin embargo, el antígeno que actúa como disparador es bastante obvio, no habiendo necesidad de pruebas de laboratorio más complejas para identificación.

Situaciones desencadenantes de las crisis de asma

Como el asma bronquial es una enfermedad de las vías respiratoria, es muy común los pacientes y sus familias pensar que los alérgenos que sirven como disparador deben, necesariamente, originarse en el aire respirado. Sí, hay muchos alérgenos que entran en nuestro cuerpo a través del aire, pero hay docenas de otros desencadenantes del asma que no utilizan las vías respiratorias para provocar las crisis.


A continuación vamos a nombrar algunos de los disparadores más comunes del asma:

1- Antígenos presentes en el interior de las casas y edificios

En la mayoría de los pacientes, los factores desencadenantes están dentro de la propia casa. La habitación y la cama del paciente asmático deben recibir especial atención debido a la presencia de cualquier uno de los elementos a continuación que puede ser la causa de las crisis de asma.

  • Polvo.
  • Moho.
  • Pelo de animales (saliva, orina y piel de algunos animales también pueden actuar como alérgenos).
  • Ácaros (comúnmente presentes en las camas, sofás y alfombras).
  • Cucarachas (saliva, excrementos y partes del cuerpo, la saliva de la cucaracha contienen proteínas que son alérgenos).
  • Fuertes olores como perfumes, blanqueadores (lejía) o aerosoles.

2- Antígenos presentes en el aire

Factores ambientales también son importantes en la activación de las crisis de asma. Algunos períodos del año, como la primavera y el otoño, son especialmente problemáticos para algunos pacientes. Entre los factores desencadenantes más comunes presentes en el aire, podemos citar:

  • Contaminación del  aire.
  • Humo del cigarrillo.
  • Humo de una chimenea o un horno de leña.
  • Humo de los coches.
  • Aire frío.
  • Polen.

3- Medicamentos

Algunos medicamentos pueden causar crisis de asma en pacientes susceptibles. Los más comunes son:

  • Aspirina.
  • Ibuprofeno (y otros antinflamatorios)
  • Antihipertensivos de la clase de bloqueadores beta.

4- Infecciones

Infecciones de las vías respiratorias también pueden actuar como un disparador para una crisis de asma. Las causas más comunes son:

  • Gripe
  • Resfriados
  • Sinusitis
  • Otitis media
  • Neumonía

5- Asma ocupacional (relacionada con el trabajo)


La frecuente exposición a algunas sustancias presentes en productos industriales puede no sólo desencadenar crisis de asma en pacientes asmáticos, sino también convertir la gente saludable en portadores de asma bronquial. Entre los trabajos con mayor riesgo están:

  • Carpinteros.
  • Pintores.
  • Agricultores.
  • Soldadores.
  • Metalúrgicos.
  • Trabajadores de la industria textil.
  • Ebanistas.
  • Trabajadores que tengan contacto con tintes, productos de limpieza, resinas, plásticos, colas o blanqueadores.

6- Otros posibles disparadores  del asma

  • Ejercicio físico
  • Fluctuaciones hormonales normales del ciclo menstrual.
  • Alta humedad del aire.
  • Aire seco.
  • Embarazo.
  • Estrés psicológico.
  • Ansiedad.

Como se pueden prevenir los ataques de asma

Una vez identificados los disparadores de las crisis de asma, el paciente debe hacer todo lo posible para eliminarlos de su vida. Cuando la eliminación no es posible, al menos tentar reducir la exposición a este alérgeno.

  • En casa, el paciente debe evitar tener alfombras, cortinas de tejido, sofás cubiertos por tejido y peluches.
  • La ropa de cama se debe lavar en agua caliente por lo menos una vez a la semana y la casa aspirada en la misma frecuencia con aspiradora con filtro
  • Utilice ropa de cama con tejido antialérgico, principalmente en la almohada y en los cojines.
  • Evita dormir en  habitaciones de la casa que sean más húmedas. Una humedad por debajo del 50% es ideal. En casas de dos pisos, el superior tiende a ser menos húmedo. Sótanos y garajes, a su vez, suelen  tener más humedad.
  • Evita tener animales domésticos.
  • No hagas ejercicio al aire libre en días muy fríos.
  • Evita contacto con cigarrillo.
  • Pon especial atención a la presencia de cucarachas en el hogar.
  • Evita los productos que tengan olor fuerte.
  • Evita lugares con mayor concentración de polen en el aire.


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